DIARIO DE VIAJE
DÍA 1: Llegada a San José y viaje a Manuel Antonio.
Llegamos a la capital sobre las 22:00, recogimos el coche de alquiler (pincha aquí para ver todos los alojamientos, empresa de alquiler de vehículo y presupuesto) y sin dudarlo partimos dirección Manuel Antonio. Las 8h de diferencia horaria respecto a España hicieron de este trayecto una verdadera lucha contra el sueño, una insensatez que salió bien, no es la mejor idea conducir en un país que no conoces de noche y de empalmada, porque aunque fueran cerca de las 00:00pm cuando empezamos el viaje, para nosotros eran las 08:00am. Tardamos 3h/160km en llegar a nuestro alojamiento, justo a en las puerta del Parque Nacional Manuel Antonio.
DÍA 2: Visita Parque Nacional Manuel Antonio.
Amanece por primera vez para nosotros en Costa Rica. Bastante afectados por el «jet lag», nos dirigimos a la puerta del parque (precio entrada 16$). El Parque Nacional Manuel Antonio es el segundo parque más grande de todo el país y uno de los más turísticos, esto se debe a la combinación perfecta que ofrece su entorno selvático, su fauna y sus playas paradisíacas. Nos pasamos el día recorriendo sus senderos buscando todo tipo de animales salvajes.


y por supuesto disfrutando de las playas y su fauna.


Tras el cierre del parque sobre las 15:00, nos fuimos a descansar a nuestro alojamiento. Por la tarde, visitamos el pueblo y disfrutamos de un baño en la playa bajo la lluvia de una tormenta tropical.
DÍA 3: Viaje a Bahía Drake.
Dejamos atrás Manuel Antonio para dirigirnos a Bahía Drake. Hay tres formas de llegar a este destino: por aire, por tierra o por mar. Nosotros descartamos la opción de ir por aire por su precio, y por tierra, ya que para llegar hasta allí tienes que vadear unos cuatro ríos, que en función de la temporada pueden llevar mas o menos caudal. Así que optamos por lo más sencillo e ir por mar. Para ello, viajamos hasta el pueblo de Sierpe (120km / 2h), lugar donde se encuentra un embarcadero que te lleva directamente hasta Drake.
A pocos metros del embarcadero de Sierpe, se encuentra el restaurante Don Jorge, el cual tiene parking privado vigilado por 6$ el día, una opción ideal para no preocuparte por tu vehículo mientras recorres Bahía Drake y Corcovado.
En cuanto a los horarios de los botes, hay dos salidas al día, una a las 11:30am y otra a las 14:30, las cuales tienen un precio de 20$. El trayecto en bote dura 1h30′ y es una verdadera pasada, el entorno es completamente salvaje navegando entre manglares y la entrada al mar desde los canales es una locura.
Finalmente llegamos a Bahía Drake. Nos bajamos de la barca literalmente en medio del mar. En la orilla nos estaba esperando el propietario de nuestro nuevo humilde alojamiento, Hotel Casa Gitana, uno de los mejores de todo nuestro paso por Costa Rica.

DÍA 4: Visita Parque Nacional Corcovado.
Por fin llegó el día de visitar el Parque Nacional de Corcovado, ubicado en la Península de Osa, es uno de los más inaccesibles del país y el que fue para nosotros el más bonito de todo Costa Rica. Contratamos la excursión en el propio alojamiento (80$ por persona) e incluía transporte en bote hasta la Estación Sirena, trekking de unos 15km con guía local y picnic. Una vez dentro del parque, comenzamos a recorrer los senderos de este inmenso bosque virgen. Pese a que el día era bastante lluvioso los animales no tardaron en aparecer en escena, todo tipos de monos, insectos, mapaches y un tímido tapir o danta, uno de los protagonistas principales de Corcovado y tristemente en peligro de extinción.

Pasamos el día recorriendo las sendas de este paraíso terrenal , disfrutando de su naturaleza, bordeando algún que otro lago y descubriendo sus playas. Para nosotros Corcovado fue sin duda uno de los lugares más especiales del viaje, una visita obligatoria que tienes que meter, sí o sí, en tu ruta. Sobre las 14:30 volvimos al bote, para comenzar el regreso a Drake y descansar el resto de la jornada.
DÍA 5: Buceo en Isla Del Caño y paseo por Playa Ganado.
Tras haber «explorado» la vida salvaje de la superficie de la Península Osa, hoy toca hacer una inmersión para conocer su fondo marino y que zona mejor para ello que la reserva biológica de Isla del Caño, uno de los lugares más conocidos del mundo para hacer buceo. Como todo en Costa Rica, nada es barato, el precio de las inmersiones nos salió a 120€ por persona.
En su coloridos arrecifes de coral pudimos encontrar: tiburones de aleta blanca, bancos de miles de peces, tortugas marinas, pulpos y peces globo entre otros muchos.
Por la tarde, aprovechamos para pasear hasta el atardecer por Playa Ganado, un litoral de 5km de arena color café, cuyos únicos visitantes éramos nosotros.


DÍA 6: Regreso a Sierpe y Viaje a Dominical.
Abandonamos Bahía Drake para regresar en bote al pueblo de Sierpe. Tras comprobar que el coche estaba en perfecto estado, pusimos rumbo a Dominical (1h/70km), uno de los paraísos surferos de Costa Rica. Tras hacer el check in en nuestro nuevo alojamiento, nos fuimos a la playa donde estuvimos surfeando el resto de la jornada.

DÍA 7: Viaje a Tamarindo y visita Nauyaka Falls.
Nos levantamos algo doloridos por los golpes de las olas del día anterior, pero eso no nos impide poner rumbo a Tamarindo. De camino, nos desviamos de la carretera principal para ir a visitar las Nauyaka Falls. Estás dos cataratas escondidas en mitad de la montaña, no son solo uno de los principales atractivos turísticos de la zona, sino de todo Costa Rica. Hay tres formas de llegar hasta ellas: a caballo, 4×4 o andando. Tras pagar la entrada del parque (10$) y descartando las opciones de 4×4 e ir a caballo, nos ponemos a caminar hasta las cascadas (1h30’/6km). Al llegar a nuestro objetivo, la sorpresa fue brutal, ya que estábamos completamente solos en esta maravilla natural, así que aprovechamos para disfrutarlas al máximo en completa soledad.


Después de una sesión de postureo y justo antes de que empezará a llegar todo el mundo, desandamos lo andado para volver al coche y poner rumbo a Tamarindo. El trayecto hasta nuestro nuevo destino fue largo y algo pesado, pero finalmente llegamos por la noche (7h/350km).
DÍA 8: Visita Tamarindo, surf en Playa Grande y visita Playa Flamingo y Playa del Coco.
Si lo que buscas es un lugar tranquilo, sin mucho turismo y con poca gente en la playa, desde luego Tamarindo no es tu sitio. Aprovechamos la mañana para alquilar unas tablas de surf y disfrutar de Playa Grande (norte de la playa de Tamarindo). Por la tarde, tras una buena comida y sus respectivas cervezas, visitamos Playa Flamingo y después Playa del Coco. Personalmente, lo poco que visitamos de la provincia de Guanacaste, no nos gustó mucho, todo muy comercial y hasta arriba de turistas, por lo que decidimos no invertir mucho tiempo en esta zona y continuar hacía el interior del país.


DÍA 9: Viaje a Santa Elena.
Nos despedimos de la playa de Tamarindo y partimos dirección Santa Elena. Monteverde y Santa Elena son dos localidades rodeadas por la Reserva Biológica del Bosque Nuboso, lugares que a pesar del gran turismo que visita la zona, no ha perdido su belleza natural que tanto la caracteriza. Tras recorrer los 160km/3h30′, llegamos a nuestro siguiente alojamiento. El resto de la tarde la pasamos organizando las actividades del día siguiente y dando un paseo por las calles de Santa Elena, que como era de esperar estaba bastante masificada.

DÍA 10: Actividades en Monteverde y paseo nocturno por la selva.
Tras un par de días algo tranquilos por fin llegó algo de emoción. Contratamos un paquete de actividades que incluía: el famoso canopy (conjunto de cables por los que te deslizas y suspendes por encima de los árboles), salto de tarzán (salto al vacío de 40m) y el monstruo final… el bungee jumping, un salto de 90m desde una plataforma a 140m en mitad de un valle. Aquí tenéis dos de los mejores momentos de la mañana:
Por la noche, después de la buena dosis de adrenalina, tocó dar un paseo nocturno por la «selva», lo pongo entre comillas porque el lugar donde fuimos estaba vallado por dentro y no parecía un entorno salvaje. Pero eso no nos impidió ver algún que otro bicho.



DÍA 11: Viaje y visita a Río Celeste.
Cuando Dios terminó de pintar el cielo, lavó los pinceles en el río Celeste… esto es lo que cuentan las leyendas locales y aquí es donde nos dirigimos hoy. Nos ponemos en marcha a primera hora de la mañana, nos separan de nuestro destino 120km/3h y queremos llegar pronto. Río Celeste se encuentra ubicado en el Parque Nacional Volcán Tenorio, para mí, una de las zonas más bonitas del país junto a Corcovado. Llegamos sobre las 10:00am y tras pagar la entrada (12$) comenzamos a recorrer el sendero Misterios del Tenorio, camino por el cual llegaríamos a los diferentes puntos de interés del parque: catarata río Celeste, la laguna azul, los borbollones y el teñidero.

El recorrido de unos 7kms duró unas 2h30′ y fue sinceramente, una verdadera pasada. Una parada OBLIGATORIA.
DÍA 12: Visita a la catarata La Fortuna y viaje al volcán Poás.
Amanece en nuestro alojamiento cerca de Río Celeste y nos lanzamos una vez más a la carretera, siguiente parada: Catarata La Fortuna, Parque Nacional Volcán Arenal (1h30’/65km). Tras pagar la entrada 20$ accedimos al parque. Para nuestra sorpresa, el gigantesco salto de agua de 70m estaba a poca distancia de la puerta de acceso, es cierto, que para llegar al río tuvimos que descender unos 550 escalones, pero esa primera imagen quedará en nuestras retinas para siempre, un escenario digno de Jurassic Park.

La fácil ubicación y su sencillo acceso, hacen que la cascada este repleta de gente, por lo que no estuvimos más tiempo del necesario. Tras una buena comida, partimos dirección a nuestro nuevo alojamiento en la región del volcán Poás.
DÍA 13: Visita mirador volcán Poás y viaje a Cahuita.
Partimos a primera hora de la mañana a la entrada del Parque Nacional Volcán Poás. A nuestra llegada, vemos que el día esta completamente nublado y en la propia puerta nos dicen que no vamos a ver absolutamente nada, pero claro, para realizar esta actividad tienes que comprar las entradas por internet y lógicamente ya las teníamos pagadas, así que decidimos subir al mirador del cráter por si finalmente un golpe de suerte nos dejaría ver algo.
Bueno, pues este cono que puedes ver en la foto, es lo único que vimos…

Con la decepción en el cuerpo de haber perdido la oportunidad de ver el cráter del volcán más activo de Costa Rica, volvimos al coche rumbo a Cahuita (250km/5h). Tras un nuevo check in en un nuevo alojamiento, disfrutamos del pueblo y su ambiente a ritmo de reggae y pura vida.
DÍA 14: Rafting río Pacuare y viaje a Puerto Viejo.
Nuestro viaje va llegando a su fin, pero como amantes de las emociones fuertes no podemos irnos de Costa Rica sin hacer un rafting en su famoso río Pacuare, uno de los mejores para realizar esta actividad en el mundo, no solo por sus rápidos, sino por el increíble entorno natural donde se encuentra.
La empresa que elegimos nos recogió a primera hora de la mañana en nuestro alojamiento y nos llevo al lugar donde iniciamos la actividad. El paquete incluía transporte, rafting de unos 30km y comida. (precio 120$ por persona). El rafting resultó ser un éxito, disfrutamos muchísimo de la actividad y el entorno, como era de esperar, fue una auténtica pasada.
Por la tarde, tocó ir a Puerto Viejo de Talamanca. Esta pequeña localidad bañada por el Mar Caribe y a tan solo 30 minutos de Cahuita, fue nuestra última parada del viaje.
DÍA 15: Visita Puerto Viejo y playas Punta Uva y Manzanillo.
Último día completo en Costa Rica, así que decidimos hacer una jornada de relax visitando sus playas. Empezamos con la famosa Playa Negra al norte de la ciudad, a pesar del gran turismo tuvimos la suerte de disfrutar de esta playa en una relativa soledad. En las horas de más calor del día aprovechamos para recorrer las animadas calles de Puerto Viejo y comprar algún que otro souvenir. Por la tarde, hasta la puesta de sol, recorrimos la costa caribeña parando en Punta Uva y Manzanillo.


DÍA 16: Regreso a Casa.
Todo viaje tiene un final, y este ha llegado a su fin. A primera hora de la mañana salimos dirección al aeropuerto de San José (220km/4h30′). Costa Rica deja huella, no sé si será por su gente, sus playas, su naturaleza, sus volcanes, sus cataratas o simplemente lo fácil que es moverse por cada rincón del país. Un destino apto para todos los públicos, con infinitas combinaciones y posibilidades en un entorno virgen y salvaje, aunque algo explotado por el turismo.