RÍO YUKON
ETAPAS
ETAPA 1: WHITEHORSE – ENTRADA LAKE LABERGE // 32km/4h -> 8 km/h
ETAPA 2: LAKE LABERGE (ENTRADA – SALIDA) // 52km/11h -> 4,8 km/h
ETAPA 3: LAKE LABERGE – HOOTALINQUA // 52km/5h30′ -> 10km/h
ETAPA 4: HOOTALINQUA – TWIN CREEKS // 88km/8h15′ -> 11km/h
ETAPA 5: TWIN CREEKS – CARMACKS // 63km/6h50′ -> 9km/h
ETAPA 6: CARMACKS – MERRICE CREEK // 75km/7h -> 10,7km/h
ETAPA 7: MERRICE CREEK – FORT SELKIRK // 56km/5h30′ -> 10km/h
ETAPA 8: FORT SELKIRK – BRITANIA CREEK // 79km/7h -> 11,2km/h
ETAPA 9: BRITANIA CREEK – STEWART RIVER // 90km/8h40′ -> 10,7km/h
ETAPA 10: STEWART RIVER – REINDEER CREEK // 53km/6h -> 8,1km/h
ETAPA 11: REINDEER CREEK – DAWSON CITY // 45km/3h30′ -> 13,6km/h
*Tiempo efectivo de remo. Aquí no se incluyen las paradas, para una jornada real habría que sumarle unas 2h adicionales.
*Velocidad media de la jornada de remo.
INTRODUCCIÓN HISTÓRICA.
ETAPA 1: EL YUKÓN NOS DA LA BIENVENIDA.
*WHITEHORSE – ENTRADA LAKE LABERGE // 32km/4h
DÍA 11 AGOSTO 2024: Amanece en Whitehorse, el esperado día ha llegado y nos dirigimos la expedición al completo a la tienda de alquiler de kayaks Up North Adventures, es hora de empezar la aventura. Cargamos en los 7 kayaks el material de acampada, víveres y todo lo necesario para sobrevivir y navegar de manera autosuficiente durante 5 días, momento en el que llegaremos a Carmacks (mitad del recorrido y única población de todo el trayecto). Tras cargar a pulso los kayaks hasta una tranquila playa en la orilla, dimos oficialmente el pistoletazo de salida a la que fue sin lugar a duda una de las mayores aventuras de nuestra vida.

Las aguas color esmeralda bajaban con fuerza, mucha más de la que nos esperábamos. Los primeros kilómetros pasaron rápidamente mientras nos adaptábamos poco a poco a nuestras nuevas embarcaciones donde pasaríamos tantas horas en los días venideros. A los 20km, justo al dejar a mano izquierda la desembocadura del Río Takhini, hicimos nuestra primera parada en una isla llamada «Egg Island». Aprovechamos la madera seca para hacer un fuego y calentarnos, mientras otros hacían la comida.


La primera jornada de remo terminó sobre las 17:00 con un total de 32km recorridos en unas 4 horas. A unos dos kilómetros de dejar atrás Raymon’s Island, acampamos en el margen derecho del río en una zona indicada para ello. Antes de instalarnos, nos aseguramos de que no había osos, ni restos de ellos en las cercanías, y tras cerciorarnos de que todo estaba bien, montanos nuestro primer campamento.


Aprovechamos las infinitas horas de luz para disfrutar del entorno, bañarnos, planificar las siguientes etapas, hacer fuego, pescar y ver un atardecer que duró cerca de 2 horas. Antes de que la noche se apoderase completamente del cielo, nos fuimos a dormir, tocaba reponer fuerzas, pues al día siguiente llegaría la etapa más dura de todo el viaje… el famoso Lake Laberge.


*Antes de partir, compré un mapa fluvial del Río Yukón de Mike Rourke, donde viene detallado todo lo que te puedes encontrar en el recorrido, incluidas las mejores zonas de acampadas. Durante todo el viaje hicimos caso a esta «guía» y rara vez fallo en algunas de sus recomendaciones. Si tienes pensado venir aquí no dudes en comprarlo.

ETAPA 2: EL LAGO DE PLOMO.
* LAKE LABERGE (ENTRADA – SALIDA) // 52km / 11h (PRECAUCIÓN, NAVEGAR POR ORILLA DERECHA).
DÍA 12 AGOSTO 2024: Los primeros rayos de sol dieron la salida a la etapa más dura de todo el viaje. Hoy toca atravesar el traicionero Lake Laberge, un lago de condiciones climatológicas cambiantes de unos 53km de largo y unos 3-5km de ancho. Tras desmontar el campamento y desayunar unas escasas barritas de chocolate con el amanecer de fondo, nos lanzamos de nuevo al río. Tras remar durante unos serpenteantes 3 kilómetros comenzamos a ver a como una gran masa de agua color mercurio se abría ante nosotros… a partir de ese momento, la corriente que tanto nos había empujado durante la jornada anterior se disipó como por arte de magia.


Comenzamos a navegar el lago por la orilla derecha, tal y como nos recomendaron. El Lake Laberge es famoso por cambiar de forma inmediata, levantando grandes olas capaces de hacer naufragar a las embarcaciones que atraviesan sus espesas aguas. Los kilómetros pasaban muy lentamente, unos 4-5 por hora y mantener un buen ritmo de paladas era un auténtico desafío, parecía que remábamos en mercurio, sin embargo, el Lake Laberge también ofrecía un entorno bonito a su manera. El agua «petrificada» reflejaba con exactitud las nubes y las laderas de las montañas que se bañaban en sus orillas.
La primera parada del día llegó a los 20 kilómetros/4horas. Nos detuvimos a la altura de la Isla de Richtofen (pegados a la orilla derecha), en una zona de playas de cantos rodados. Mientras hacíamos la comida y algo de fuego, salió el sol, pensábamos que nos habíamos librado del mal tiempo que da fama a este lugar, pero la verdad es que la jornada de remo no había hecho más que comenzar.


Con las energías renovadas, nos volvimos a enfrentar al lago, pero esta segunda parte de la jornada iba a ser muy diferente a la primera. A medida que dejábamos atrás la Isla de Richtofen, el Lake Laberge cada vez se hacía más estrecho, hasta pasar de una anchura de 5km a 3km. De repente, sin previo aviso, el lago comenzó a «hervir», las aguas se agitaron levantando pequeñas olas a contracorriente que cada vez se hacían más grandes. Esto animó a las nubes, que también se sumaron a la fiesta y empezó a llover. Costaba avanzar, mantener el equilibrio y sobre todo… mantener una actitud positiva, pues las horas, a la par que los kilómetros, pasaban lentamente… muy lentamente.
A los 13 km/3h tras la última parada, nos vimos obligados a refugiarnos en una pequeña playa, lugar que aprovechamos para hacer fuego, calentarnos y mirar el mapa pensando cual iba a ser la estrategia y hasta donde estábamos dispuestos a llegar. Como no podía ser de otra forma, decidimos llegar hasta el final del lago, queríamos salir de este infierno y no invertir ni una hora más en estas aguas de plomo en la jornada siguiente, por lo que continuamos otros 18 km/4h más hasta una zona perfecta para acampar. Poco antes de finalizar la terrible jornada de remo, el lago nos regalo uno de los momentos del viaje, una manada de lobos canadienses comenzaron a aullar… sus potentes llamadas hicieron eco en todo el lago, una melodía que sin duda ninguno olvidaremos.

Una vez ya instalados en nuestro nuevo campamento a orillas del Laberge, el lago nos dio un segundo regalo, un atardecer digno de postal, las diferentes tonalidades de azules se mezclaban con ligeros toques color violeta que se reflejaban en el agua, como si de un espejo se tratara.

ETAPA 3: REGRESO AL RÍO, HIPOTERMIA Y POBLADOS MINEROS.
*SALIDA LAKE LABERGE – HOOTALINQUA // 52km/5h30′
DÍA 13 AGOSTO 2024: Las gotas de lluvia sobre el techo de la tienda de campaña se convirtieron en nuestro despertador natural de esta tercera etapa. Desayunamos sin demasiada prisa, recogimos el campamento y nos pusimos en marcha, afortunadamente, teníamos por delante una jornada a priori sencilla, pocos kilómetros acompañados por la fuerza del Yukón. Una vez en el agua, la paliza del día anterior estaba aún presente… costaba remar y avanzar en el maldito lago. Por un momento parecía que el Laberge no tenía fin, sin embargo, al cabo de 1h/4km un pequeño canal de agua de unos 150m de ancho se abría ante nosotros. Poco a poco, el río comenzaba a empujarnos de nuevo a la par que el agua plata se tornaba en el característico verde esmeralda del Río Yukón.

Los primeros kilómetros tras salir de Lake Laberge, fueron sin duda unos de los más bonitos y gratificantes de todo el viaje. El increíble bosque boreal cada vez se hacía más denso, daba igual donde mirases, el verde predominaba frente a todos los demás colores… fueron unos momentos de gran conexión con el entorno. A medida que avanzábamos en el día las temperaturas comenzaron a descender y la lluvia entró en escena. Al cabo de pocos minutos estábamos totalmente empapados y rozando la hipotermia, por lo que decimos refugiarnos (km20) hasta que pasara el temporal. Aprovechamos para hacer un fuego y comer unos deliciosos macarrones al pesto acompañados de una botella de vino blanco.


Cuando por fin la lluvia nos dio una tregua, nos pusimos a remar de nuevo. Un kilómetro antes de alcanzar nuestro objetivo, dejamos a la derecha la desembocadura del Río Teslin, para finalmente llegar a nuestro destino, el antiguo poblado minero de Hootalinqua (en idioma nativo significa, corriendo contra la montaña).


Tras montar el campamento y cenar, aprovechamos para dar una vuelta por el famoso pueblo de finales del siglo XIX, ya que ha día de hoy todavía se encuentran restos de su infraestructura, como un antiguo telégrafo y cabañas donde vivían cerca de un centenar de mineros.

ETAPA 4: EN BUSCA DE LOS ARROYOS GEMELOS.
*HOOTALINQUA – TWIN CREEKS // 88km/8h15′
DÍA 14 AGOSTO 2024: El viento y la lluvia fueron nuestros fieles amantes durante gran parte de la noche, las tiendas no dejaron de sacudirse hasta poco antes de amanecer. Puesto que la etapa de este día era una de las más largas de todo el viaje, en cuanto a kilómetros se refiere, tuvimos que desmontar el campamento pese a tener todo empapado y meterlo en los compartimentos estancos para partir cuanto antes, ya lo secaríamos en el próximo campamento si al Yukón le parecía bien. La primera parte de la jornada transcurrió tranquila entre bosques boreales y presas de castores, incluso nos topamos con alguno nadando tranquilamente en el agua hasta que se percataba de nuestra presencia y se metía con un rápido golpe de su enorme cola bajo el agua.

Al cabo de unos 50km/5h llegamos a la primera parada del día, la desembocadura del Big Salmon River. Luchando contra la fuerte corriente del afluente, finalmente conseguimos desembarcar en una preciosa pradera de hierva. Aprovechamos para hacer un fuego y comer un riquísimo risoto. Antes de partir probé algo de suerte con la caña de pescar y con algo de suerte y ayuda conseguí sacar un lucio de unos 2kg -3kg que sería parte de nuestra cena.


Durante la segunda parte de la jornada, el paisaje comenzó a cambiar. Las altas montañas sin nombre que nacía a pocos cientos de metros de la orilla dieron paso a amplios valles poblados de infinitas coníferas. Tras unas 3h/38km por fin vimos un arroyo seco, que según el mapa correspondía con uno de los dos arroyos de los Twin Creek. Durante el verano estos pequeños arroyos se secan y hacen una playa perfecta para acampar, sin embargo, decidimos continuar un poco más río abajo en busca de una zona mejor de acampada y la encontramos a unos 500m del primer arroyo. Como pega el acceso no era fácil para 7 kayaks, pero nada que la fuerza bruta no pudiera solucionar.


Antes de poner el punto final al día, me di un buen baño gélido desnudo bajo un tímido atardecer entre la bruma, para después secarme en el calor del fuego, una práctica que sin duda echaría de menos a mi regreso.

ETAPA 5: ÁGUILAS EN LA NIEBLA Y LLEGADA A CARMACKS.
*TWIN CREEKS – CARMACKS // 63km/7h
DÍA 15 AGOSTO 2024: El día comienza bajo una espesa niebla, a penas se puede ver con claridad la orilla opuesta del río. Tardamos unas 2h/20km en dejar a nuestra derecha el pequeño afluente Little Salmon River. Poco antes de llegar a la mitad de la jornada, tuvimos la suerte de contemplar a un gran águila calva comiendo un salmón plácidamente en la orilla. Cuando se percató de nuestra presencia alzó el vuelo hacía el interior de la niebla… su belleza solo fue eclipsada por el ruido de su aleteo, la verdad que poder ver este espectáculo de la naturaleza a tan solo un par de metros fue una auténtica pasada.


Poco a poco, el día comenzó a abrir y con los rayos del sol aprovechamos para hacer una parada sobre el km45 en una de las muchas islas que nos íbamos encontrando en nuestro camino. Finalmente, sobre las 17:00 entrábamos en el pequeño pueblo de Carmacks (ÚNICA PARADA DONDE PODER REPONER SUMINISTROS DE TODO EL VIAJE, EXCEPTO BOTELLAS DE GAS PARA CAMPING). A unos 3km del centro, se encuentra un camping privado llamado «Coal Mine Campground», donde por 10€ te ofrecen un buen suelo donde acampar, mesas, hogueras, bar y duchas de agua caliente (suplemento 3€), por lo que decimos pasar la noche aquí. El desembarco en el pequeño puerto del camping fue una auténtica locura, la estrecha rampa se convirtió en nuestra propia trampa, comenzamos a chocarnos unos con otros hasta el punto de terminar volcando, todo un show para los presentes.


Sin demorarnos demasiado, montamos el campamento y nos fuimos al centro del pueblo al único supermercado que tiene (cierra a las 21:00, no conviene apurar). Una vez ya con los suministros necesarios para terminar el viaje, aprovechamos para darnos una buena cena a base de cerveza, hamburguesas y más cerveza.

ETAPA 6: FIVE FINGERS RAPIDS Y SALCHICHADA.
*CARMACKS – MERRICE CREEK // 75km/7h
DÍA 16 AGOSTO 2024: Nos levantamos a la par que el sol se eleva sobre el Yukón. Tras cargar de nuevo los kayaks con las nuevas provisiones, nos ponemos en marcha. Hoy tenemos por delante el mayor desafío de la ruta, los famosos «Five Fingers» , unos rápidos que durante la Fiebre del Oro de finales del siglo XIX se cobraron la vida de numerosas personas. Dichos rápidos se encuentras a unos 36km/4h desde Carmacks. A medida que nos acercábamos al lugar, comenzamos a notar como la corriente cada vez nos empujaba más y más. De repente, surgieron ante nosotros cinco paredes de piedra en mitad del río, los Five Fingers ya estaban aquí. Nos enfrentamos a ellos en grupos de dos, tal y como habíamos hablado la noche anterior. Mi grupo fue el primero en cruzar el angosto canal por la derecha, tal y como recomienda todo el mundo. Sinceramente, no fue para tanto, simplemente hay que tener cuidado con las olas que te encuentras al salir y mientras remes dentro del canal de la derecha, ir lo más pegado a la pared de la izquierda, y sobre todo, no dejar de remar en ningún momento (recuerda, si no sabes que hacer, mejor no hacer nada, pega tu cuerpo al kayak con los hombros hacia delante y espera que pase la tormenta). Finalmente, todos salimos ilesos y pudimos continuar nuestra marcha hasta los «Rink Rapids». Atravesar estos últimos, no tiene dificultad alguna, con mantenerte a la derecha es suficiente.


El resto de la jornada transcurrió sin ningún percance. Remamos hasta llegar a «Merrice Creek» un arroyo donde el mapa recomendaba acampar, sin embargo, el punto para desembarcar no era apto para un grupo de 7 kayaks, por lo que decimos continuar hasta encontrar un lugar mejor, y vaya si lo encontramos… sin saberlo, nos topamos con una de las mejores zona de acampada de todo el viaje. Sobre el km75/7h, llegamos a una playa de cantos rodados sobre un talud de unos 5m. Continuamos hasta encontrar una zona para desembarcar en un pequeño camino sobre la colina que posteriormente nos llevaría hasta nuestro campamento. Aprovechando la increíble ubicación, hicimos la auténtica salchichada a la brasa del Yukón.


Al igual que al amanecer, el sol nos regalo un atardecer digno de postal, el naranja flúor se difuminaba a la perfección en un azul grisáceo. Cuando Javier Reverte bautizó al Yukón en su libro como «El Río de la Luz» era por algo, y una vez aquí entendí el porque.


ETAPA 7: WELCOME TO THE FORT SELKIRK
*MERRICE CREEK – FORT SELKIRK // 56km/5h30′
DÍA 17 AGOSTO 2024: Amanecemos un día más sobre las orillas del Yukón, esta vez ningún despertador perturbó nuestro sueño, ya que solamente teníamos por delante poco más de 50km hasta nuestro destino. Tras desmontar el campamento en la que fue una de las mejores zonas de acampada de todo el viaje, nos pusimos en marcha. El día soleado nos invitó a disfrutar del entorno y del remo. Al cabo de unos 35km decimos parar a comer en un conjunto de islas llamadas «Ingersoll Island». Puesto que hoy no teníamos mucha prisa, y la temperatura rozaba los 25ºC, aprovechamos para darnos un baño y echarnos una siesta en el suelo en un cómodo colchón de cantos rodados. De haber habido algún depredador por la zona, se hubiera encontrado un buen buffet libre de siete morlacos inconscientes en el suelo para poder elegir.


Poco antes de llegar a nuestro próximo objetivo, ocurrió lo que llevábamos esperando todo el viaje, un encuentro pacífico con un oso. Todo paso muy deprisa, pero duró lo suficiente como para poder disfrutarlo, observarlo y no inmortalizarlo. Unos pocos kilómetros antes de llegar a Fort Selkirk, nos encontrábamos navegando todos en fila india pegados a la orilla del río, cuando de repente nos topamos con un curioso ejemplar de oso negro a unos escasos tres metros de nosotros. El encuentro no duró más de 5 segundos, sin embargo, fue tiempo suficiente para admirar su belleza… sus ojos y pelaje negro no hacían más que resaltar su hocico de color canela. Poco a poco, dio media vuelta y desapareció silencioso entre la frondosa vegetación, poniendo así punto final a uno de los grandes momentos de la expedición.
Con el subidón aún en nuestro cuerpo, desembarcamos en Fort Selkirk. Esta ubicación en frente de la desembocadura del Río Pelly, fue un antiguo e importante puesto comercial en el Río Yukón, entre los años 1852-1950. Hoy en día, a parte de acampar, se pueden visitar más de una veintena de construcciones restauradas, entre las que se incluyen dos cementerios, una iglesia y un colegio.


La séptima etapa terminó mientras cenamos tres deliciosos artics graylings, con el atardecer de fondo. Una de las cosas que más echaré de menos de esta parte del mundo, son sus atardeceres infinitos de más de dos horas.



ETAPA 8: RODEADOS DE FUEGO
*FORT SELKIRK – BRITANNIA CREEK // 79km/ 7h
DÍA 18 AGOSTO 2024: Una nueva jornada de remo comienza y otra vez el sol fue nuestro fiel compañero durante todo el día. En esta región del país el clima es totalmente absurdo, si sale el sol, la temperatura puede rondar los 30 grados, ahora… como este nublado nos podemos acercar a los 0ºC. Durante gran parte de la etapa, vimos una de las caras más «tristes» del entorno, los incendios forestales que asolan a Canadá. Dada la gran extensión del país, sumado a la cantidad ingente de incendios forestales, la situación es incontrolable y salvo que el fuego ponga en riesgo una población, el gobierno canadiense ha decidido no actuar y dejar que la naturaleza siga su curso.


Llegamos a nuestro destino sobre las 6:30pm, tras una jornada bastante tranquila navegando entre pequeñas islas llegamos a nuestro destino, Britannia Creek. En esta ubicación encontramos la huella del ser humano por primera vez en bastantes kilómetros, un barco repleto combustible y restos de algún tipo de obra. Mientras montábamos tranquilamente el campamento, de repente algo extraño comenzó a ocurrir, un denso humo acompaño de un color naranja marciano cubrió el cielo sobre nosotros, no entendíamos nada puesto que obviamente era humo, pero sin embargo, no olía como tal. Todo era extraño, acostumbrados a que la luz del día nos acompañará hasta las 11pm de la noche, estábamos a oscuras a las 8pm, y por si fuera poco también comenzó a llover ceniza… todo esto conllevo a un momento de caos cómico en el grupo, unos querían irse al otro lado del río en busca de protección, otros querían robar el barco repleto de combustible para huir del supuesto fuego, otros simplemente disfrutaban del extraño fenómeno, en fin… fue un momento de lo más surrealista.


Finalmente, decidimos montar un «puesto de control de incendios improvisado» y hacer relevos durante la noche para ver el desarrollo del supuesto fuego forestal, afortunadamente todo quedo en una graciosa anécdota y unas fotos para el recuerdo.

ETAPA 9: THE LONGEST JOURNEY
*BRITANNIA CREEK – STEWART RIVER // 90km/8h40′
DÍA 19 AGOSTO 2024: El día comenzó con un auténtico espectáculo visual, el juego de colores formado por el amanecer y la calima nos motivaron a lanzarnos al agua. Los primeros kilómetros cayeron rápidamente mientras dejabamos a nuestras espaldas un intenso sol naranja neón y un gran número de fotos para el recuerdo.

Poco antes de la parada para comer, el Yukón nos volvió a recordar quien mandaba por aquí, un viento huracanado del norte nos atacó fuertemente, levantando incluso olas a contracorriente. Durante unos 5km tuvimos que pelear literalmente contra el río, luchando por no volcar y sobre todo sin poder dejar de remar. Como era de esperar perdimos, huyendo como buenamente pudimos nos refugiamos en una de las orillas, avanzando lentamente pegados a las escarpadas rocas. Finalmente, a los 55km paramos en una isla donde no pegaba mucho el viento. Tal fue el agotamiento que caimos rendidos sobre un colchón de piedras durante 1 hora.


Desde la parada hasta el destino de la eterna jornada de remo, dejamos atrás la desembocadura del White River, famoso por teñir el agua verde esmeralda del Yukón en un gris lechoso. Posteriormente, atravesamos la desembocadura del Stewart River, conocido por ser la ubicación donde Jack London pasó el invierno de 1897. A partir de este punto, buscamos en sus infinitas islas un lugar donde acampar. La tarea no resulto tan fácil como pensábamos, el aire, las arenas movedizas y la frondosa vegetación de las orillas no nos dejaron más alternativas que acampar en una pequeña playa de cantos rodados entre dos pequeños arroyos.


Antes de finalizar el día, aprovechamos para darnos un buen baño, cenar unos riquísimos noodels y tomarnos un merecido trago de Yukon Jack, mientras el sol se escondía tras unas pequeñas montañas. Nos fuimos a dormir sabiendo que a partir de este punto, solo nos quedaban 100km para llegar al objetivo final de la expedición… Dawson City.

ETAPA 10: ¡AURORAS BOREALES!
*STEWART RIVER – SUGAR ISLAND // 53km/6h
DÍA 20 AGOSTO 2024: La penúltima etapa del viaje comienza, nuestro destino esta cerca y no queremos llegar antes de lo previsto, por lo que partimos el último centenar de kilómetros en dos cómodas etapas. Cómodas a priori, porque como siempre el Río Yukón tenía alguna sorpresa para nosotros… de los creadores de las lluvias torrenciales, el lago infinito, los vientos huracanados y los incendios forestales misteriosos, hoy tenemos ante nosotros las arenas movedizas canadienses.


La jornada transcurrió entre islas, y si no elegíamos con cuidado la trazada de las mismas, el resultado era quedarnos atrapados en arenas movedizas. Sinceramente… salir de ahí con un mínimo de dignidad fue algo complicado, sin embargo, las risas compensaron los minutos de sufrimiento luchando contra ellas. Finalmente, tras una relativa jornada de remo, llegamos a nuestro destino, una isla sin nombre a la que bautizamos como «Sugar Island» en honor a la cantidad ingente de azúcar ingerido a lo largo de todo el viaje. Disfrutamos del atardecer a la par que nos bañábamos por última vez en las gélidas aguas del río. Tras la cena, nos quedamos charlando alrededor del fuego, ignorantes del último regalo que nos tenia preparado el Yukón.


Serían las 4:00am cuando Mone a grito de: ¡Chavales! ¡Auroras!, despertó al campamento entero. No era noche cerrada, y por si fuera poco, era luna llena, por lo que las condiciones eran totalmente inapropiadas para ver Auroras Boreales, pero la naturaleza es así de caprichosa. Poco a poco, la bóveda celeste comenzó a desgarrarse y de su interior comenzaron a brotar luces danzantes de color verdes y rosas. El espectáculo duró pocos minutos hasta que desapareció en mitad de la noche, sin embargo, otra Aurora apareció en escena, pero esta vez con una forma mucho más definida, como una serpiente que ondulaba libre y anárquica por el firmamento. Fue un momento mágico, un verdadero regalo que el Yukón nos ofreció en nuestra última noche en el río, un regalo que nunca olvidaremos.



ETAPA 11: DAWSON CITY BAJO CERO
*SUGAR ISLAND – DAWSON CITY // 45km/3h30′
21 AGOSTO 2024: Toda aventura tiene un final, y en nuestro caso es la llegada a Dawson City. A penas 45km nos separaban de nuestro destino, pocos kilómetros que teníamos intención de recorrer lentamente, pues todos sabíamos que posiblemente iba a ser la última vez que navegaríamos estas aguas juntos. Pero como ya era habitual en cada jornada, el Yukón no nos iba a dejar acabar el reto fácilmente y disfrutando. El día amaneció frío, muy frío, tanto… que las primeras dos horas de remo fueron de las peores de todo el viaje. Rozando la hipotermia y la amputación de los dedos de la mano, conseguimos superar este último obstáculo con la mayor dignidad posible. Finalmente, llegamos a la desembocadura del Río Klondike, y el agua volvía a teñirse de un opaco verde esmeralda. A las espaldas del famoso río brotaba una pequeña población… navegamos durante 1km por la orilla mientras observábamos las construcciones características del antiguo oeste, hasta llegar a una zona donde pudimos desembarcar por última vez. El final de la Expedición Yukón terminó de la misma forma que comenzó, con un abrazo conjunto a grito de ¡UA PECECITOS! ¡UA!, proseguido, como era de esperar, de una cantidad ingente de comida y alcohol al fallo, bueno… y azúcar.


Desde el final de la fiebre del oro, no hay mucha gente que pueda presumir de haber hecho el famoso recorrido WHITEHORSE – DAWSON CITY navegando el Yukón, por lo que me siento un afortunado por haber podido organizar y completar esta expedición acompañado del mejor grupo posible, un equipo que ya forma parte de mi, tanto incluso como el propio río.

No entendí el verdadero significado de «El Río de la Luz» hasta ahora. Javier Reverte, gracias por dar a conocer caminos olvidados, descansa en paz.
«Donde hay un deseo siempre hay un camino» (Javier Reverte, Vagabundo en África)